MAZEDIHAZ

ENTRE LAS TINIEBLAS




Hace muchos años en la Antigua Roma existió una Diosa que poseía cualidades sobrenaturales, tenía en su ser el poder de acabar con toda la humanidad, con tan solo un chasquido. Todo aquel que la conocía temía mirarla a los ojos, con esa mirada tan penetrante que te arrancaba el alma; hija de Hela Diosa de la muerte y Platón Dios del inframundo, Mazedihaz fue el fruto de una catástrofe, de aspecto espeluznante y a la vez hermoso, tan hermoso como un bello ángel y tan horrible como el mismo diablo. Fue una tarde tan obscura en el infierno el día en que decidió matar a su madre sin piedad alguna le enterró las garras, ¡Le arrancó el corazón! su rostro no expresaba nada más que felicidad y una risa pronunciada, salió de ese terrible lugar para apoderarse del mando y matar a todo aquel que se impusiera en su camino, al enterarse de esto su padre la expulsó del infierno, condenándola a vivir en la tierra sin poder regresar jamás. Eso causo la ira de Mazedihaz quien con un tremendo estruendo acabó con la mitad de la tierra, expulsaba de su pecho una especie de nube negra y hundió a esa mitad de la tierra en las tinieblas enterrándose en el centro, cerca del coliseo Romano, proclamando y jurando que todo aquel que lo pisará sufriría un accidente, provocaría su muerte.

Me causaba cierta intriga escuchar todos los días esta historia que mi tía nos contaba, conocía poco del coliseo Romano y de las muertes que ocurrieron en ese lugar, estaba acordonado a cierta distancia de donde no se podía pasar, ya hacía un siglo de esta leyenda y no creía que fuese real, pero me desconcertaba el hecho de que ningún antropólogo lo hubiese visitado antes. Me dije ese día y me propuse que sería el primero, tomé mi maleta y partí… decidí ir solo, pero mi hija insistió tanto que me fue difícil decirle que no. Llegamos por la mañana a Roma y presentía algo en el pecho que no me dejaba en paz.
TESSA: ¿Qué pasa padre? ¿Te encuentras bien? (Preguntó su hija con un tono de preocupación)
TIBERIUS: Tranquila Tessa todo esta bien tal vez sólo fue un mareo por que no he descansado bien.(contesto el padre mientras tomaba un vaso de agua)
TESSA: ¡Padre! (Exclamó Tessa después de ver desvanecer a su papá.) Lo ves, te dije que estabas mal. No debimos haber hecho este viaje, muero de miedo, pero temía tanto dejarte hacer el viaje solo. Esta es una señal padre aún estamos a tiempo de regresar.
TIBERIUS: Solo necesito descansar, mañana desde temprano tomaremos los planos y llegaremos al fondo de todo esto. Ayúdame a recostar y marcha a dormir que te necesito alerta ante todo mañana.
Tessa no logro descansar por la noche tan solo cerrar los ojos le causaba cierta especie de miedo cómo si cayera al vacío, algo durante esa noche se apoderaba de ella y agitada gritaba el nombre de Mazedihaz en cada parpadeo aparecía una imagen extraña como si viese a un Ángel y un diablo a la misma vez, un bello rostro con los ojos más hermosos que antes haya visto, una cabellera negra tan brillante y una piel tan blanca y radiante que no podía creer que fuese cierto porque en sus momentos de desesperación aparecía un rostro espeluznante, sentía como unas garras le arrancaban el alma y algo la picaba tan fuerte que no podía más. Se escuchaba el palpitar de su corazón como poco a poco latía con menos fuerza… esa noche Tessa falleció.
Tiberius lleno de cansancio se durmió poco tiempo después de recostarse, estaba en un sueño tan profundo que no pudo escuchar el sufrimiento de su hija durante la noche.
Al día siguiente mientras extrañamente Tessa despertó sin decir una sola palabra se dirigió a la ducha, mientras tomaba un baño, Tiberius observaba los planos y el libro con la leyenda que leí su tía, algo frío recorrió todo su cuerpo de pies a cabeza, se quedó mudo y decidió guardar silencio.
TIBERIUS: ¿Tessa estás lista hija mía? … Mira cariño, pensé mejor las cosas y prefiero que no me acompañes.
TESSA: ¿Pero porque padre? Ya teníamos esto planeado y estoy entusiasmada por conocer la verdad.
TIBERIUS: No tengo que darte explicaciones Tessa obedece y quédate en el hotel.
Ese día Tiberius salió apresurado, con las piernas temblorosas y escurría de el un sudor frío, parecía que conocería su destino. Llegó al Coliseo Romano y antes de acercarse escucho unos pasos atrás, efectivamente Tessa lo venia siguiendo.
TESSA: Revise los planos padre por ese camino no es tenemos que entrar por estas ruinas y llegar a lo profundo para poder comenzar a subir y adentrarnos a el.
TIBERIUS: Ayer parecías indispuesta y para ser sinceros mi hija no conoce de planos y mucho menos había escuchado antes de este lugar. ¿Dónde la tienes y que hiciste con ella?.
TESSA: ¿Pero porque dices eso padre? Soy yo tu pequeña.
Tiberius descubrió la verdad durante la mañana, los planos estaban mal y la ubicación exacta de Mazedihaz era el hotel donde se estaban hospedando para su sorpresa al salir del hotel se percató de que no había nadie eran los únicos huéspedes y el hotel tenía años que no abría. El nunca le había dicho cariño a su hija esas muestras de afecto le hacían reír demasiado cosa que Tessa no hizo por la mañana. Al salir escucho la voz de Tessa que le decía ¡Corre papá, corre lejos de aquí!.
TESSA(Mazedihaz): ¿Tu tampoco me quieres papá? Mencionó la Diosa con lágrimas en los ojos
TIBERIUS: Regrésame a mi hija.
TESSA (Mazedihaz): Ella ya no esta aquí (Lo grito la Diosa con dolor y tras su paso una enorme neblina negra).
TESSA: Si quieres más a tu hija vas a morir con ella.
Grito Mazedihaz mientras apretaba su cuello y metía sus pequeñas manos a su corazón lo sacó y lo hizo trizas grito tan fuerte que derrumbó el coliseo Romano provocando la muerte de miles de turistas que se encontraban en este lugar. Desde ese día se cuenta que las almas de esos inocentes que murieron tras el derrumbe pena en los alrededores, no pueden descansar en paz ya que están perdidos en las tinieblas de Mazedihaz. Mientras ella sigue apareciendo en el cuerpo de Tessa, en las ruinas del coliseo quitándole el corazón a cualquiera que se acerque.

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