Andrés el pez y la tortuga Flora.
Andrés el pez y La tortuga Flora
Hebalusol, aquella bestia que vive en el abisal,
regularmente sale a dar paseos, pues a veces, es muy aburrido para ella vivir
en las profundidades, solo entre algas y peces de la obscuridad donde su cola
es la única que le da luz y le sirve de baliza. En cierta ocasión mientras
viajaba se detuvo en un lugar lleno de peces de colores, bancos y una gran
diversidad de animales marinos de colores hermosos, Se quedó maravillada por
tanta especie y decidió pasar una temporada en ese lugar que eran las costas de
Guerrero, ya que, le llenaba de paz y armonía, algo que buscaba constantemente
pues recordemos que su misión en esta tierra es sumamente desgastante.
Al estar en ese lugar, cierta ocasión escuchó
la conversación entre Andrés el pez y flora la tortuga
—Hola Andrés, ¿Cómo estás? Vengo por tu
consejo, porque tú eres mi mejor amigo y sé que me ayudarás.
—¡Hola Flora, tú siempre tan arrecha! Claro que
te ayudo, pero no creo que tú necesites un consejo mío, porque eres la tortuga
más inteligente y rápida que conozco.
Definitivamente eso no era verdad pues era la
tortuga más lenta del lugar.
La tortuga, alagada por escuchar tal afirmación
del pez Andrés, prosiguió a contarle un proyecto que tenía en mente.
—Habrá un concurso de cocina en donde
participaran las mejores cocineras del océano y quiero participar ¿crees que
pueda obtener un lugar en el concurso?
—Claro que obtendrás un lugar y yo creo que lo
ganarás, porque la comida que tú haces es la más deliciosa que he probado en
toda mi vida.
Situación que tampoco era verdad porque la
tortuga siempre salaba sus comidas y regularmente no sabían muy bien que
digamos.
La tortuga llena de confianza, se inscribió al
concurso, pero antes de mandar su platillo se lo dio a probar a Andrés el pez
para que él le diera su punto de vista del sabor, y así, decidir si mandaba ese
platillo o lo podía mejorar, basándose en la crítica de su mejor amigo.
—mmmmm ¡es un platillo delicioso! yo creo qué
ganarás.
El platillo estaba salado, crudo y no tenía
ningún sabor agradable al paladar. El pez Andrés sufrió tres días con
malestares estomacales debido a que se comió el platillo completo.
La tortuga, feliz, decidió entonces mandar su
platillo al concurso. Días después recibió el veredicto del jurado que estaba
compuesto por un grupo de tiburones toro, un jurado implacable. Y con mucha emoción comenzó a leer.
Querida Flora
El jurado de este concurso, quiere agradecer el
esfuerzo que hizo al realizar ese platillo, pero fue un insulto a nuestros
paladares, su platillo no tenía sabor, no tenía consistencia, no cumplía con
ninguno de los requisitos mínimos de calidad ni de sabor, además, olía a chuquía por
lo que le agradecemos se prepare y estudie, si en algún momento quiere volver a
participar en dicho concurso. Dicho esto, debemos informarle que no pasa el
primer filtro.
ATT. El Jurado.
La tortuga confundida se fue a su casa y lloró días
y días, quedando totalmente desguanzada. Andrés el pez la visitó y le dijo que los que
no sabían apreciar un gran platillo eran los de ese jurado.
Hebalusol se presentó frente a Andrés el pez, y
le dijo, que en nada ayudaba a sus amigos, si siempre los estaba alagando y
diciendo cosas positivas, que debía dar críticas constructivas, haciéndoles
saber sus errores para que ellos mejoren y no hagan cosas chambonas.
—Gracias hermosa Hebalusol, de ahora en
adelante seré más crítico y reflexivo al dar un consejo u opinión, tampoco
quiero que mis amigos me tachen de pepitón.
Si quieres ver a tus
amigos triunfar, recuerda sus oídos dejar de endulzar.
ResponderEliminar¡Hola Reyna! Mi comentario: Muy bien recreada la fábula. Los diálogos y las acciones son interesantes, lo mismo que la interacción entre personajes. Buena redacción y ortografía. La próxima vez utiliza una letra más grande. Moraleja precisa, contundente y rimada. No se nota mucho el vocabulario regional. Gracias por compartir tu bestia y sus aventuras. Saludos cordiales.